ÉTICA Y TECNOLOGÍA
Hay que
tener en cuenta que, una de las grandes innovaciones que se han desarrollado
con la tecnología, son las redes sociales, las cuales han cambiado la forma de
interactuar entre las personas y han
aumentado la individualidad, así mismo, han impuesto innovadoras normas de
conducta, que están compuestas de nuevos presupuestos éticos, los cuales en
algunas ocasiones pueden llegar ser cuestionados por su falta de contenido
moral, por tanto, podemos deducir que tecnológicamente estamos avanzando a una
velocidad impresionante, pero que la raza humana poco a poco va involucionando
en el desarrollo de las actividades de su vida cotidiana.
Lo cual
pone grandes desafíos para el derecho puesto que, teniendo en cuenta el factor
cultural de cada sociedad, es de gran importancia desarrollar márgenes éticos,
es decir, un manual para el manejo de las tecnologías en cada uno de los
ámbitos de la vida de un ser humano, como en la niñez, adultez, en la familia,
en el trabajo, etc. Esto con el fin de
enseñar a las personas y a las futuras generaciones a utilizar de forma
apropiada la tecnología, dado que, en ausencia de estas reglas, existe un gran
libertinaje respecto a las formas de emplear los conocimientos e invocaciones,
por consiguiente, los individuos y la sociedad no logran identificar los
comportamientos malos o buenos en el uso de la tecnología.[1]
El
reconocido filósofo moral australiano Peter Singer está a la vanguardia del
pensamiento sobre el impacto social y las implicaciones éticas de las nuevas
tecnologías. En junio de 2018, el Sr. Singer dio una conferencia pública sobre
ética y tecnología en la OMPI. A continuación, se presenta un resumen de su
ponencia.
Definir la ética
El profesor, Peter Singer, plantea
varias preguntas que invitan a la reflexión
sobre la ética, la tecnología y el futuro de la humanidad Cuando reflexionamos
sobre los juicios que hacemos, deberíamos poder ponernos de acuerdo sobre
algunos principios básicos de ética o discrepar sobre aplicaciones particulares
de esos principios en circunstancias diferentes. Por ejemplo, desde un punto de
vista ético, deberíamos ser capaces de aceptar que los intereses de todas las
personas son iguales. Mis intereses no cuentan más que los de otros, siempre y
cuando se trate de intereses similares. Si suponemos que una determinada
enfermedad causa un sufrimiento similar en los seres humanos en todas partes,
creo que podemos estar de acuerdo en que deberíamos conceder igual importancia
a cada paciente que la padece, independientemente de otras diferencias.[2]
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